La zona de confort
Estos eventos sucedieron en 1999
Era un miércoles, lo recuerdo bien, era mi primer año en la universidad, yo llevaba un par de días tomando el autobús casi sin abrir mis ojos rojizos y oxidados, caminaba lento entre los asientos, buscaba a tientas un lugar con ambos lugares desocupados. Cuando lo encontraba, cerraba los ojos, giraba la cara hacia la ventana para que no me vieran. Y me ponía a llorar los 40 minutos de trayecto a la universidad. Después de bajar del autobús, no bajaba a clases, me iba a un cubículo individual de la biblioteca y seguía llorando por horas, no quería hablar con nadie, ni saber nada de nadie... Un amigo que me vio me dijo, que si me podía ayudar:
Amigo: ¿te puedo ayudar?
Mexicano: déjame solo
Amigo: ¿Qué te pasa mexi?
Mexicano: (subiendo la voz) déjame en paz.
Amigo: enserio, ¿Qué te pasa?
Mexicano: (casi gritando) vete, ¿¿que no entiendes??
Amigo: tenemos examen de matemáticas mañana.
Se fue sin decir mas, no me importaba el puto examen de mierda, no me importaba nada, esta ha sido la 2da vez que he estado mas triste en toda mi vida y era por algo que hoy me da un poco de vergüenza contar…. UNA MUJER!!
Me habia dejado mi exnovia y a pesar de las 100 llamadas que le hice para decirle cuanto le amaba, con cada llamada sentía mas repudio de su parte, hasta finalizar en una completa ignorancia y ser evitado hasta en las situaciones mas obvias.
Después de terminar el “día de clases” mi padre me invito a comer, Mi padre era una persona que no hablaba mucho, pero pase tantas horas de mi vida con el, que hablábamos sin necesidad de decir palabra alguna.
Padre: Hijo… ¿Qué te pasa?
Mexi: (no sabía que decirle, me daba un poco de pena).
Padre: … (Me miraba a los ojos con ternura)
Mexi: Por mi novia papa, hemos terminado
Padre: Entiendo…, bueno hijo la verdad es que la primera novia siempre es especial, yo todavía recuerdo a mi primer novia.
Mexi: Papá, te acuerdas cuando te abrazaba de las piernas en la entrada del pre-escolar ¿?, lloraba y te decía que me llevaras contigo, que no quería quedarme ahí.
Papa: Si hijo, lo recuerdo perfectamente.
Mexi: pues me siento igual, siento como si quisiera aferrarme a las piernas de mi novia y no quisiera soltarme.
Mi padre hablaba siempre con una calma increíble, y me pareció siempre de esas personas que podían decir 1000 cosas mas sobre un tema, pero solo decía las 3 apropiadas, cada palabra antes de decirla estaba cuidadosamente seleccionada.
Papa: ¿hijo recuerdas lo que te decía en la puerta de tu escuela cuando tenias 5 años?
Mexi: si, me mirabas a los ojos y me decías que tenia que ir a la escuela a aprender mucho, porque de grande seria una persona de bien.
Padre: así es hijo… eres un buen estudiante y estoy muy orgulloso de ti, si no te hubiera dado ese pequeño empujoncito para que estudiaras hoy no estarías en la universidad… era por tu propio bien que dejaras de abrazarme las piernas y te fueras a aprender de la vida.
Mexi: te lo agradezco mucho papa, pero sigo estando triste.
Padre: hijo, mujeres hay muchas, algunas muy guapas, interesantes que te completara, y un día decidirás casarte con una mujer muy especial, estoy seguro de ello. Esta chica es especial ahora, pero pronto conocerás a muchas más.
Mexi: pero no quiero conocer muchas más, la quiero a ella.
Padre: claro que la quieres, pero tienes que aprender a superarlo, tu vida no depende de una persona , depende de ti, aparte tu madre y yo te queremos mucho, tienes muchos amigos, tienes que estudiar y salir adelante, eso solo es una etapa. Ya veras que todo saldrá bien.
Esa noche en mi casa pensativo, e influenciado pensando aún en la platica de la tarde, decidí salir de mi zona de confort, la cual había sido durante 3 días (tal vez toda la vida) evitar enfrentarse a la realidad. Esa noche tome mi carpeta de poemas, eran 200 paginas que llevaba escribiendo desde hace varios años, me di cuenta que idolatraba en la mayoría de los poemas a las chicas por las que había sentido atracción, sin motivo aparente. Idolatracíon sin fundamentos, me empezó a dar un poco de asco la ascensión tan gratuita de esas mujeres al olimpo sin merecimiento alguno y … solo se me ocurrió una cosa.
Tome mi carpeta, me dirigí a la cocina, tome los cerillos, me dirigí al patio y empecé a quemar toda la idolatración mal fundada que llevaba germinando por tanto tiempo… recuerdo como si el evento hubiera pasado en cámara lenta en mi vida, tantas horas invertidas a escribir poesía, ahora estaban quemándose…. ¿Porque? Porque yo quería cambiar mi vida… mi vida no iba a estar en las manos de una persona y nunca nadie mas tendría la culpa… mi vida estaría de ahora en adelante en mis manos.
Después de que las llamas terminaron de arder ante mis ojos, todo por si mismo merecía un escrito completo, pero tenia otras ocupaciones... Me fui a mi cuarto y empecé a estudiar matemáticas, que aunque no tenía ganas de hacer era lo mejor para lograr mis objetivos a corto plazo y la mejor forma de salir de mi zona de confort desde ese momento.
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